martes, 30 de septiembre de 2014

Las novelas no educan, las novelas entretienen

Lo cierto es que hoy pensaba enfocarme en otro tema, más concretamente en Mi corazón es tuyo, pero aún cabiendo la posibilidad de escribir más tarde un post sobre esta novela, no puedo no plasmar en estas lineas lo que opino sobre quien asevera que la novela La Malquerida es un muy mal ejemplo, y que producirá, más o menos, un desequilibrio en la sociedad, y una oleada de hijastras seduciendo a sus padrastros.

Me sorprende sobremanera que se le dé a una novela la responsabilidad de educar a las generaciones más jóvenes, y digo que me sorprende sobremanera, porque a mí quienes me educaron fueron mis padres. No se pueden confundir términos, o no se le puede dar cometidos específicos a lo que no ha nacido con tales propósitos, y es que las novelas no educan, entretienen. El hecho de que se tomen con mayor o menor pasión, que quiénes la vean se involucren en la trama en mayor o menor medida, que se vivan apasionadamente o la comenten, o por el contrario, que el espectador se desinterese de todo aquello alejado a la simple visualización del capítulo diario; son dos posturas, tan válida la una como la otra.

Cuando las tramas de las novelas se basaban, única y exclusivamente, en la niña pobre que conoce al hombre rico y juntos acaban viviendo el final feliz de cuento de hadas, después de vivir una y mil penurias, que dependerán del grado de maldad del personaje antagónico, ¿se estaba dando a entender que no hay que esforzarse en la vida, porque al final tu príncipe azul siempre aparecerá para darte vida de reina? Pues no. Problema de la que viendo una novela piensa así. Vuelvo a ponerme de ejemplo, el haber visto un sinfín de este tipo de historias no impidió que siguiese estudiando, que me sacase mi carrera, que trabajase, que me esforzase, incluso en la búsqueda del príncipe azul. ¿Y por qué? Porque me educaron así, me educaron en el esfuerzo, en el auto-crecimiento personal. Mis padres dedicaron su tiempo, sus ganas, sus esfuerzos, en hacer que ésto fuera así.

Decir que por ver La Malquerida una hija va, automáticamente, a "levantarle" el marido a su madre, es, de primeras, absurdo. O acaso, ¿cuando la antagonista en una novela hacía mil maldades a los protagonistas, automáticamente quien veía la novela en cuestión hacía lo propio? Reitero, absurdo.

Más deberían preocuparse los moralistas en particular, y la sociedad en general, de los niños que se mueren de hambre, de las guerras por religión, por petroleo, la crisis económica, los asesinatos, la violencia de genero, la trata de blancas, el maltrato infantil... Y así podría seguir hasta mañana.

Hay que diferenciar entretenimiento de educación, realidad de ficción. Y quien no sea capaz de tal diferenciación, debería apagar su televisión, o desconectar el wifi de su casa y coger un libro. Yo les paso una lista.

3 comentarios:

  1. Tu postura es interesante, pero tambien te dare un punto de vista realista sobre el tema. Yo soy madre y educo a mi hijo diciendole lo que es bueno y lo que es malo como corresponde, no siempre desde un punto de vista religioso, sino cuestionandose su propia moral para que la tenga algun día. Pero el gran tope que tengo cuando quiero enseñarle algo es "Pero si es normal mamá, si no fuera asi la tele no lo mostraria, todos lo hacen, no tiene nada de malo". Desgraciadamente en esta era de comunicaciones los medios si influyen en los pensamientos y las actitudes de los jovenes desde los monos violentos hasta los noticieros. No por algo esta generacion es la más violenta que ha existido y eso es por que los medios de comunicacion en su gran mayoria queramoslo o no son gran influencia en nuestros jovenes.

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    1. Te agradezco, lo primero, que te hayas tomado el tiempo de contestarme y darme una postura tan específica y desde tu vivencia personal. Yo no soy madre, pero si tengo amigas que son madres, y tengo sobrinas, a las que cuido muy a menudo. Tanto mis amigas como yo, siguiendo por supuesto también lo que sus padres quieren, no les dejamos ver la televisión con excepción de determinados canales y días muy específicos de la semana. No sé si es una postura muy radical, o no, pero desde luego, bastante tienen esos niños con lo que ven en la calle, con lo que otros niños dicen, como para que también se pongan delante de la televisión.
      Y no creo que el hecho de que esta sea la generación más violenta, sea culpa única y exclusivamente de la televisión, puesto que siempre se ha dado la violencia, en todos los términos, en la televisión, el cine, etc.
      Todo esto es mi humilde opinión, y como te he dicho antes, agradezco otro punto de vista, totalmente opuesto al mio.
      Un saludo. :)

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  2. Hola desde este lado del mundo
    Este post es muy díficil de comentar ya que ciertamente la educación de los hijos es responsabilidad de los padres, pero en esta época es muy dado a que ellos opten por dejarlos frente a una pantalla o a cargo de terceros y sólo preocuparse por si comen o no. Cuando yo era una niña me pasaba la mayor parte del tiempo frente a la televisión ya que soy hija de madre soltera y me dejaban encerrada para que no me ocurriera nada; a pesar de la influencia que esta pudo tener en mí, no creo que sea del todo responsable de lo que soy y lo que decido, bueno tal vez en el inconsciente, pero principalmente soy el reflejo de la educación que se me dio.
    En cuanto a las telenovelas me parece que sí bien no educan, si influyen, cuando vendían la historia de la cenicienta, las niñas desde que salían de la secundaria decían que ellas sólo estaban ahí "mientras", mientras se casaban; en los comentarios de twitter me he dado cuenta de que varios de los comentarios son de: mi mamá y yo viendo la telenovela "¿Sí te hiciera lo que Acacia a su madre, me perdonarías?" "Lo haría porque soy tú madre, ¿pero tú te perdonarías?" Yo misma he visto las reacciones de mi madre cuando llegamos a coincidir frente a la televisión. Creo que todo contenido en medios de comunicación impacta a la audiencia, lo importante es el enfoque que cada uno le de al momento de explicarlo a sus hijos; por ejemplo, con esta historia, nos ha dejado claro que nadie deja en duda que el amor de una madre puede perdonar lo imperdonable, pero lo importante sería saber si una hija se merece y es capaz de corresponder a ese amor.
    Por último, quiero dejar claro que no hay que perder de vista el hecho de que se trata de una historia ficcticia, sí, pero que de cualquier forma refleja lo que estamos viviendo, porque normalmente vemos estos casos de lejos, al igual que con las noticias que nos llegan de otros países o del propio, adoptando la postura de "mientras yo este bien, lo demás no me importa" creo que lo importante de estas historias es eso, recordarnos que somos humanos, que no podemos, ni debemos ser insensibles ante el dolor del otro, lo veo desde el puto de que, si una telenovela de verdad tiene este impacto, el hacernos preguntas existenciales ¿por qué lo demás nos da lo mismo?
    Me ha dado mucho gusto conocer el punto de vista de alguien que se encuentra viviendo otra realidad "aparentemente", saludos de México

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