miércoles, 1 de octubre de 2014

Opinando sobre... Mi corazón es tuyo

Para una novelera como yo, es una lástima no poder ver todas las novelas que le llaman la atención, porque ver todas las que se emiten creo que ya es meridianamente imposible. Pero en este momento, si hay dos telenovelas que no puedo dejar de ver, son, por una parte, y se aprecia por mis publicaciones anteriores, La Malquerida, y la otra, Mi corazón es tuyo. No puedo negar que, en un principio, estaba bastante condicionada con esta última, ya que, en su momento, fue una serie española, protagonizada por una actriz que, particularmente, no me inspiraba nada; además de volverse, la serie, a mi entender, bastante tediosa. Sin embargo, cuando se anunció que Juan Osorio iba a adaptar esta serie a novela, me picó la curiosidad. ¡Y qué bien hizo en picarme! Qué delicia de novela, qué entretenida, qué dinámica, qué emotiva pero con cuantos matices divertidos, y qué, sobre todo, entrañable.

El guión está perfectamente hilvanado, las escenas se suceden con una frescura y una naturalidad sublimes. Claro que, como en toda novela, o producción audiovisual, ésta también tiene sus fallitos, pero creo que estos fallitos se vuelven imperceptibles frente al resto de la producción. Así, en el caso del periplo sufrido por Ana junto a su amiga Jenni, para llegar a la boda de ésta, hay quién puede pensar que las peripecias vividas estaban de más, o que no era nada nuevo, pero no se vio así, porque estuvo tan bien cuidado, tan divertidas pero a la vez tan tiernas, tan bien hilado con el resto de la trama, que en vez de ridículo se vio perfecto. Ni siquiera les es necesario dar esos finales de viernes tan famosos en las novelas, con tantísima tensión, porque esa tensión la vives día a día, día a día quieres ver un nuevo capítulo.

Para hablar del elenco debo empezar por Silvia Navarro. ¿Y qué decir de Silvia Navarro? Pues que está sencilla y llanamente soberbia. No se puede decir mucho más, ni mucho menos. Está graciosa, tierna, divertida, cariñosa, furiosa, pero todo en la misma linea, todo acorde al personaje, sin salirse ni una linea de éste, de su esencia. Te la crees tanto que cuando llora quieres correr a abrazarla, que cuando mira a Fernando te entran ganas de ir a ella y decirle "ve a él", que cuando está con los niños no parece que exista un guión, simplemente ves una relación entre los niños y su nana, más aún, sientes que los quiere, los cuida, los procura como una madre. Y de como baila el tubo no hablo, ¡que la envidia es muy mala!

Por otro lado, no creo poder volver a hablar de Jorge Salinas sin pensar en Fernando, la antítesis de Ana, pero a la vez su complemento ideal. Esas miradas que Fernando le lanza a Ana, esas contestaciones pijosillas que se dan el uno al otro, la forma de tratar aquél a sus hijos y como va evolucionando durante todos los capítulos... La verdad es que Jorge Salinas me ha sorprendido. Si bien Silvia Navarro siempre me ha gustado, desde que la vi en Cuando seas mía, de Jorge apenas había visto algún que otro trabajo, así que mi sorpresa ha sido muy grata. La pareja que pueden llegar a formar Fernando y Ana es tan maravillosa, sólo había que ver la complicidad que mostraban en el capítulo de anoche cuando hablan con Nando y su novia Jimena, como Ana acaba las frases de Fernando, para que así él no meta la pata, como él le hace el gesto de adelante, tienes razón. Sencillamente son la imagen de una maquinaria perfecta. Tal vez a esta pareja le falta dar en pantalla la imagen de la pasión, del deseo el uno por el otro, más allá de las miradas y la ternura, pero creo que como bien ha hecho la producción de Juan Osorio, aquí no procede. Una novela que claramente esta pensada para ahondar en las relaciones familiares, en los valores, en la educación de los hijos, en la superación de los problemas; no necesita traer la pasión o el deseo entre los protagonistas a colación.

Siguiendo con parte del elenco, no he visto muchos trabajos de Mayrin Villanueva, quizás porque la temática de las mismas no es la que más me interesa, o porque no se les dio la apropiada publicidad para gente que vivimos fuera de México, sea por lo que fuere. Sí que vi algunos capítulos de Mentir para vivir y me gustó en su papel, me pareció muy tierna, muy adecuada, muy creíble. Al partir del recuerdo de este papel, cuando apareció en la piel de Isabela. tenía mis dudas, dudas que se disiparon en la segunda escena. Ya me había atrapado, me fascinó. Es una malvada que acabas adorando, una malvada que no sabes si quieres cachetear o llevártela de copas, una malvada que jamás querrías tener como enemiga, pero como amiga tienes hasta tus dudas, y que eso lo consiga un actor, durante tantos capítulos, es tan complicado, y, sin duda, ella lo está consiguiendo.

Entre los personajes, fuera de este trío protagónico, tengo que destacar a Lisardo en su papel del malvado Enrique, al que le ha dado cierto toque de malo de película de Disney, rozando una ridiculez graciosa, adecuada y divertida, en el que está más que genial. Creo que este papel será para él un punto de inflexión de aquí en adelante, porque esos momentazos suyos cantando el 'O sole mio son inenarrables e impagables. Tampoco me puedo olvidar a Adrián Uribe y las ocurrencias del Johnny, lo hace tan fantásticamente bien que no sabes si son de guión, si son cosecha de él mismo, o un cumulo de ambos; y es que en ese personaje de canallita tierno y divertido, de esos que si son tus amigos quieres estrangular a diario, pero cuidado te lo toquen, está siendo clave en la novela. Así lo demuestra con ese trío de amigos que conforma con Ana y Jenni, los tres parecen amigos de toda la vida, se nota la química, te da la sensación de estar viendo a tres amigos a través de una cámara oculta.

Aún me quedan algunos personajes por comentar, pero eso será en otro post. Eso sí, una hecatombe se tendría que dar dentro de esta producción para que deje de decir que me parece una novela en lineas generales muy buena. Maravillosa.

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