TRABAJADOR UNO: Niña.
TRABAJADOR DOS: Niña.
Acacia sin apenas levantar la vista del libro les responde con una breve sonrisa. Sigue andando por los terrenos más cercanos a los muros que rodean la casa, sin levantar apenas la vista del libro, al doblar una esquina se para en seco. Observa a un hombre, que a cierta distancia da instrucciones a los trabajadores. Está de espaldas, con la mano izquierda en el machete que le cuelga del cinturón, mientras la derecha la usa para dar las indicaciones.
ESTEBAN: No dejéis los aparejos en el campo, guardarlos todos en su sitio. Mañana no estaréis en esta parte de la hacienda. Quiero que todo esté dónde tiene que estar.
Acacia le observa detenidamente. Su nuca, su pelo revuelto, su espalda, su porte, sus vaqueros ligeramente desgastados, su camiseta gris.
ESTEBAN: ¿Habéis plantado las semillas que ordené? (Dirigiéndose a dos trabajadores a su derecha, mientras el Rubio les observa quieto a su izquierda)
TRABAJADOR: Sí Esteban, las que mandaste.
ESTEBAN: Bien.
En ese momento Esteban se da la vuelta y la ve. Acacia vuelve a mirar su libro, y se pone ligeramente nerviosa. Esteban hace un breve movimiento de cabeza, la ladea, sonriendo a la vez y mirando fugazmente al suelo, en un claro signo de coquetería y alegría.
ESTEBAN: Niña Acacia. (Mientras va caminando hacia ella) ¿Otra vez leyendo y caminando a la vez? Un día se va a caer.
Se para frente a Acacia, apoyando nuevamente la mano en el machete, y descansando su cuerpo ligeramente en su cadera izquierda, adelantando un poco la pierna derecha. Acacia cierra de golpe su libro, mientras una amplia sonrisa ilumina su rostro y eleva la vista. Mira a Esteban a los ojos directamente.
ACACIA: Esteban, ya no soy una niña. Te he dicho que no me digas así más.
ESTEBAN: Ya sé que no es una niña, pero es la niña Acacia, la hija de la patrona.
ACACIA: Quiero que me digas sólo Acacia, ya te lo he dicho.
Esteban sonríe ampliamente.
ESTEBAN: Está bien (hace una ligera pausa) Acacia.
En la habitación principal de la hacienda, Cristina está sentada frente a su tocador. Se cepilla el pelo y se termina el maquillaje. Está vestida con una fina bata, se levanta y mira el vestido verde que está colocado encima de la cama. Lo coge, lo vuelve a observar, y se lo coloca sobre el cuerpo, mientras se mira en el espejo, y asiente ligeramente. Vuelve a dejar el vestido encima de la cama y va hacia su tocador, se sienta de nuevo, coge un pequeño bote que hay encima de éste, lo abre, coge una pequeña cantidad de crema y empieza a dársela por las piernas. Sonríe.
Fuera de la hacienda.
ESTEBAN: Acacia, ¿paseará conmigo? ¿O prefiere hoy leer?
ACACIA: ¡Pasearé contigo!
Sin dejar de sonreír, posa su mano en el brazo de Esteban y la retira de manera brusca.
ACACIA: Enséñame que han hecho hoy.
Comienzan a pasear, mientras el Rubio les observa alejarse, lleva un palillo en la boca y sonríe de forma pícara.
Esteban y Acacia pasean mientras él va señalando los campos, relatándole lo hecho en el día. Ella no deja de observarle, y de vez en cuando mira hacia donde él señala. En un momento dado, Esteban se gira para mirarla y sus miradas se cruzan. Acacia aparta la vista de él y la posa dónde Esteban le ha indicado, él mira hacia abajo, mientras una sonrisa vuelve a aparecer en su rostro.
ACACIA: Así que, la cosecha de algodón de este año será grande.
ESTEBAN: Y la mejor de la región Acacia. Como siempre.
Acacia le mira embobada y vuelve a sonreír. Continúan caminando.
ESTEBAN: ¿Y la universidad? ¿Cuándo se irá?
Ella le contempla perpleja.
ACACIA: ¿Ya quieres que me vaya?
ESTEBAN: Claro que no Acacia, pero me dijo que sólo estaría aquí el verano. ¿Recuerda?
ACACIA: Es verdad...
Ella agacha la cabeza, y luego mira al frente. Han llegado a la puerta de la hacienda, la que da paso al patio.
ACACIA: Empieza en unos meses, pero no sé, quizás me quede más tiempo aquí.
ESTEBAN: Ah, ¿sí? ¿Por qué?
Acacia mira a Esteban a los ojos, agacha la cabeza, se toca el pelo. Levanta una vez más la cabeza, le vuelve a mirar a los ojos y abre levemente la boca para contestar.
En la cocina de la Benavente, Rosa está frente al fogón, moviendo algo en un puchero. Cristina entra, llevando puesto el vestido que había dejado en la cama.
CRISTINA: Rosa, ¿está preparada la cena?
ROSA: Sí patrona, no más para cuando usted mande.
CRISTINA: Muy bien Rosa. Di a Luisa que ponga un plato más, por favor.
ROSA: ¿Y eso patrona? No sabía que había invitados, no más pensé que serían como siempre usted, la niña Acacia, y los señores padres de usted.
CRISTINA: No Rosa, hoy también cenará Esteban con nosotros. Tengo que tratar asuntos con él.
ROSA: Como mande la señora.
Cristina sale de la cocina mientras Rosa la observa con cierta perplejidad.
Fuera de la hacienda, mientras Acacia está a punto de responder a la pregunta de Esteban, Cristina anda en dirección a ellos.
CRISTINA: ¡Acacia!
Esteban y Acacia se giran y la observan. Él sonríe, ella no.
ESTEBAN: Patrona.
Cristina llega y se para en frente de los dos.
ACACIA: ¡Mamá!
Con una fingida sonrisa, se acerca a su madre y le da un beso.
CRISTINA: Hija, ve a cambiarte. Tus abuelos nos están esperando para cenar.
ACACIA: Sí mamá. (Se dirige a Esteban) ¡Hasta luego!
CRISTINA: No hija, no te despidas de Esteban. Él cenará hoy con nosotros.
Acacia primero muestra cierta incredulidad, pero luego una amplia sonrisa ilumina su rostro.
ACACIA: ¡Qué buena idea mamá! (Mira a Esteban de nuevo) ¡Ahora nos vemos Esteban!
Esteban observa disimuladamente como Acacia se aleja. Cristina lo mira y se gira a mirar a su hija, justo cuando Acacia, a su vez, se gira para mirar a Esteban. La cara de Cristina cambia y frunce ligeramente el ceño, si bien en seguida adopta nuevamente una sutil y coqueta sonrisa, y se gira para mirar a Esteban.
CRISTINA: Esteban, ya oíste, hoy cenarás con nosotros.
ESTEBAN: Patrona, no es necesario.
CRISTINA: Claro que lo es, ya eres casi un miembro de la familia.
Ambos sonríen y Cristina apoya con delicadeza su mano en el brazo de él.
CRISTINA: ¿Qué haría yo sin ti Esteban?
Esteban mira incrédulo la mano que Cristina aún mantiene sobre su brazo, la mira a los ojos, ella lo mira con coquetería, y ambos sonríen.
Laura González López (2014. España)
Me encantó! !! Sin duda aquí empieza a notarse como madre e hija se enfrentaran por un mismo hombre!
ResponderEliminarNo como la novela, que solo echaron a perder la trama. Acacia victima y bipolar.
En cambio aquí en Cristina alcanzo a percibir como desde primera instancia ella nota algo en Acacia hacia Esteban, en cambio en la novela, la hacen pasar como tonta. No dejes de escribir! :)
Muchísimas gracias tanto por leerme, como por molestarte en comentar! Espero que no me pase como a Ximena y mi alternativa acabe siendo una porquería! :D
EliminarESTA BONITO ESTE CAPITULO, TIENE MAS SENTIDO QUE LA TELENOVELA. SI EN UN FUTURO U PRODUCTOR VALIENTE SE ANIMA A LLEVARLO, DE EPOCA PRIMERO,, CONTANDO CON UN ELENCO QUE SERIA ASI:
ResponderEliminarCRISTINA O RAYMUNDA: SILVIA NAVARRO
ESTEBAN: OSVALDO DE LEON O PABLO LYLE
ACACIA: DANNA PAOLA
NORBERTO: FABIAN ROBLES
ULISES: ALEX SPEITZER
MANUEL: MIGUEL MARTINEZ
JULIANA: CUALQUIER ACTRIZ
EL RUBIO: SERIA EL QUE HACE DE MEMO.
Gracias por tu comentario! ;)
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