Me sorprenden sobremanera los insultos y descalificativos que se vierten a través de las redes sociales, especialmente a través de Twitter, escudados en el anonimato que esta red particularmente proporciona, especialmente cuando dichos comentarios soeces se hacen a raíz de algo tan banal como una telenovela, o un comentario sobre algún artista. Y digo que me sorprenden sobremanera porque con la cantidad de problemas que hay en el mundo, y con la cantidad de preocupaciones que cada uno tiene en su día a día, en su vida, lo que debería ser un entretenimiento se acaba convirtiendo en una absurda y patética batalla campal virtual.
Cuando comencé a verter mis opiniones por escrito y a publicarlas en este blog, hace apenas un par de semanas, venía perdiendo mi tiempo en contestar a quién no estaba de acuerdo, y me lo hacía ver mediando el insulto hacia mi persona. Hasta que en un momento dado me pregunte a mi misma ¿para qué? Y no porque no crea que no se debe contestar a quién no opina como tú, eso lo sigo haciendo, con quien lo hace con respeto y buen gusto, sino para qué perder mi tiempo en contestar a quién hace uso del insulto o el descalificativo. Tengo mi vida, tengo mi trabajo, tengo mis hobbies, y precisamente este blog es eso, un hobby, ¿y de cuándo acá una debe dar explicaciones de sus hobbies? Y lo extrapolo fuera de mi misma, ¿de cuándo acá uno debe dar explicaciones de por qué le gusta o le deja de gustar una novela?, o ¿de cuándo acá uno debe dar explicaciones de por qué le gusta que la historia de esa novela tome cierto rumbo?
En lo que a La Malquerida se refiere, y sólo desde una óptica objetiva, tengo claro que ninguno de los personajes principales merecería ser feliz. Esteban no merece ser feliz por haberse colado por la hija de su mujer, con todas las mujeres que hay en el mundo y se vino a enamorar de ella (lo de que mató a Alonso aún no está del todo aclarado), Acacia no merece ser feliz por haberse dedicado a calentar a todo el personal, especialmente al marido de su madre, y Cristina no merece ser feliz porque de madre ha tenido más bien poco, y como dice el refrán cría cuervos y te sacarán los ojos, o, peor aún, no críes al cuervo y ya verás.
Así que siendo justos, objetivos, los tres solos cuales perros. Pero, la magia de la televisión, y de las novelas en particular, es que uno no tiene porque ser objetivo, y yo voto, aplaudo y quiero la querencia, en primeras porque no han sido padrastro e hijastra nunca, la esposa y madre no se lo permitió, y en segundas porque soy partidaria de la redención, de la locura, de la pasión, del amor, de vivir. Total, todos cometemos errores, y todos tenemos derecho a alcanzar la felicidad aún a pesar de esos errores.
Seré un ser raro, de otro planeta, tal vez, pero me educaron en la tolerancia, en el respeto, en entender que la gente puede, y de hecho, piensa diferente, en que no se debe faltar al respeto al que piensa opuestamente a como piensas tú. Claro que cuando mis padres me inculcaron estos principios lo hacían pensando para temas de índole religioso, político, cultural, y jamás pensaron, y jamás pensé, que lo tendría que extrapolar a algo tan banal como una telenovela. Ni hablando de temas tan delicados como la guerra en la franja de Gaza, como la independencia de Catalunia (España), como la crisis económica mundial, como el problema en Venezuela, como la discriminación que en pleno 2014 siguen viviendo los homosexuales en muchos países, o como la lapidación o ablación de las mujeres en países tercermundistas, había recibido tanto exabrupto.
Con todo lo dicho no quiero ir de lista por la vida, ni hacerme la más inteligente, ni la más interesante. Sólo quiero dejar en claro que, el hecho de que te guste o te deje de gustar ver novelas, que te guste o te deje de gustar una historia, que te guste o te deje de gustar una pareja en particular, no te hace menos que nadie. El hecho de que me plante delante del ordenador a pasar unos maravillosos cuarenta minutos aproximados que dura una novela, o la hora y pico si tengo la suerte de poder verla online, el hecho de que me apasione por una historia u otra, no me hace menos que nadie. Y mucho menos me convierte en una pervertida o enferma, o una mujer falta de moral.
Que afortunados hemos sido todos aquellos a los que nos educaron así, en el respeto, en la tolerancia, en saber que cada quién opina cómo quiere, y disfruta de lo que le da la gana. Ahora mismo voy a agradecérselo a mis padres con un buen besazo.
De acuerdo contigo hay placeres y placeres culposos como el ver una telenovela y que su historia te atrape y yo al igual que tú disfruto el perderme por 1hora con sus comerciales incluidos en algo que no se parezca a lo que se vive a diario y mas en el día a día del venezolano pues veo que te interesa nuestra situación? Y se agradece que desde otros países estén al pendiente de ella; Porque la verdad es que para mi los pequeños placeres e indulgencias significan la catarsis de no deprimirme ni enloquecer al ver la tierra en que naciste y amas como a tú madre vuelta con el perdón de la expresión "vuelta verga" por la utopía del comunismo y el resentimiento del pasado! Gracias por lo que escribes en tu blog a veces me sorprende porque me identifico mucho con lo que en él expones...Buenas tardes novelera es 1 buen gusto el leerte saludos y gran abrazo desde la tierra de las mujeres mas bellas y la gente mas amable Venezuela!
ResponderEliminarEncantada de que me leas y que te guste, estemos o no de acuerdo.
Eliminar¡Fuerza Venezuela, ánimo! Un fuerte abrazo desde España
Hola
ResponderEliminarAntes que nada déjame felicitarte por la forma tan clara en que emites tus opiniones y de forma respetuosa. Como bien dices es increíble ver como hay personas que se desgarran las vestiduras por "una historia" al grado bien dices de llegar a los insultos a quienes piensan o tienen gustos distintos. Todas sus frustaciones las quieren descargar contra alguien que piensa diferente, pero lo más preocupante del caso es que sea por una "telenovela" y que por tus gustos piensen que eres una "caliente", falta de moral que merecemos morir en la hoguera. Por Dios el día día como lo mencionas en nuestras propios hogares, los problemas en el mundo con las inventadas guerras para pisotear a los demás, cosas que si son reales, nadie se indigna, que cosas. Siendo la novela mexicana, en este preciso momento México vive uno de los peores momentos de su historia. La masacre y desaparición forzada de estudiantes, el que piensa en México desaparece o muere en manos de quienes deberían cuidarnos policías y ejército. Esto si es real. Que le bajen al drama 45 minutos y sigan sus vidas y preocúpense y ocúpense mas por lo verdaderamente importante. La TV no educa, ustedes, nosotros si. Mariana
Gracias Mariana, por tus palabras, por compartir conmigo tu opinión. Y es bien cierto, cuantas preocupaciones diarias y sólo hacerlo por una telenovela... Me sorprenden los comentarios de algunos mexicanos diciendo que si el ejemplo de esta novela, que si lo que enseñan, y bla bla bla, ¿y no se preocupan con lo que pasa en realidad? Eso sí es triste, patético, y de bajeza moral, no el hecho de que me gusten los derroteros de una novela.
EliminarTe mando un fuerte abrazo desde España, ¡y a seguir luchando!
TIENES RAZON LO QUE DICES, LA TV NO EDUCA TODO ESTA EN LA PERSONA SI LO TOMA O NO COMO PARTE DE SU VIDA,YA QUE HABLASTE DE LA MALQUERIDA QUE MUCHOS SE DAN GOLPE DE PECHO HORRORIZANDOSE POR LA TRAMA, YA NO ESTAMOS EN EL SIGLO XVIII O XIV PARA ESO, MEJOR LAPIDENLO JEJEJE, ADEMAS SI TELEVISA HIZO VARIAS NOVELAS CON ESA TRAMA Y NO PASO NADA INCLUSO CON DOÑA BARBARA PASO Y NADA.
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias Christian! :D
EliminarOle y ole y ole . Totalmente de acuerdo , dejemos de lado los falsos moralismos , asi nunca seremos libres. No juzgar , primero de hacerlo mira dentro de ti mismo . Un aplauso por lo que has escrito . En fin ! Vive y deja vivir ! La eleccion y el limite esta en uno mismo
ResponderEliminar¡Gracias! ¡Y olé a ti también! :D
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