ESTEBAN: Cristina, hay que ver que hacemos con la cosecha de algodón. No creo que sea buena idea vender toda a un mismo cliente.
CRISTINA: Ya veré lo que hago Esteban, tú no te preocupes.
ESTEBAN: ¿Cómo no me voy a preocupar? Claro que me preocupo. Todo lo que tenga que ver con la Benavente me preocupa.
CRISTINA: Pues no deberías. He manejado la venta de algodón hasta ahora yo sola, igual que todo lo demás, y seguiré haciéndolo.
Esteban la mira serio.
ESTEBAN: Mi amor, yo quiero involucrarme en el manejo de la hacienda.
CRISTINA: Y ya lo haces mi vida.
ESTEBAN: Pero quiero involucrarme más, tomar las decisiones contigo.
CRISTINA: No es necesario mi vida. Tus responsabilidades y las mías no tienen porque variar, por mucho que ahora estemos casados.
Esteban se acerca a Cristina, la toma de las manos.
ESTEBAN: Pero mi amor, yo quiero superarme, estudiar. Y tú misma dijiste que yo soy ahora el patrón.
Cristina se acerca a Esteban, le da un beso en los labios, le sonríe.
CRISTINA: Mi vida, tú serás el patrón, pero la mera mera, la patrona de la Benavente soy yo.
Esteban se separa de Cristina, la mira enfadado.
ESTEBAN: ¿Qué dijiste? ¡Me menosprecias Cristina! Me estás haciendo de menos con tus comentarios. ¿No te das cuenta? Yo sólo quiero ocupar el lugar del patrón, el lugar que me corresponde por haberme casado contigo.
Cristina le mira seria.
CRISTINA: Yo no te menosprecio mi vida, sólo te aclaro como son y como van a ser las cosas.
Esteban se va furioso del despacho.
En las caballerizas, Acacia está acompañada de un muchacho, hablan animados mientras uno de los peones les prepara los caballos. Llega Esteban.
ESTEBAN: ¿Y éste quién es?
Acacia le mira, sonríe.
ACACIA: Éste (dice con rentintín) es Daniel, un amigo. (Mira a Daniel) Daniel, él es Esteban (Mira a Esteban) el marido de mi madre.
Daniel extiende la mano.
DANIEL: Encantado.
Esteban se acerca a Daniel.
ESTEBAN: Ya te estás alejando de ella... (Se acerca más) O atente a las consecuencias.
Daniel lo mira atónito.
DANIEL: ¿Cómo dijo?
Esteban coge uno de los caballos que el peón ya ha terminado de preparar, se monta en él y sale al galope. Acacia mira a Daniel.
ACACIA: Voy a ir a hablar con él. Espérame.
Acacia coge el otro caballo y sale al galope detrás de Esteban.
Esteban llega al lago, se baja del caballo, lo ata en un árbol y se dirige a la orilla. Se queda quieto mirando el agua. Llega Acacia, desmonta y se acerca a él, le coge por el brazo.
ACACIA: ¿Por qué te comportas así? Eres un idiota Esteban, un idiota. No quiero que vuelvas a tratar así a ninguno de mis amigos. ¿Entendiste? ¡Basta! ¡Ni una más!
Esteban la mira, furioso, respirando entrecortadamente.
ESTEBAN: Sales con niñatos Acacia, ¡con niñatos!
ACACIA: ¡Basta Esteban! Con quién yo salga no es de tu incumbencia.
ESTEBAN: ¡Claro que lo es! ¡Por supuesto que lo es!
Esteban se acerca a Acacia, ella le da una bofetada.
ACACIA: ¡No lo es!
Esteban se acerca más a ella. Acacia lo mira, se acerca, él se separa. Ella le mira, respira entrecortada, él también, ella le toca la cara con la mano delicadamente, él la mira, la agarra de la cintura y la besa. Es un beso corto pero apasionado. Esteban se separa.
ESTEBAN: Perdóname, no debí besarte. Fue un error, un terrible error.
Acacia le mira furiosa, le da una bofetada. Él se pone la mano en la cara, se ríe.
ESTEBAN: Como que se te está haciendo costumbre Acacia.
ACACIA: ¡Te odio Esteban!
Acacia se dirige a su caballo, Esteban la mira.
ESTEBAN: Yo también te odio...
Tres días después.
Cristina y Esteban están en el salón, sentados en el sofá.
CRISTINA: Mi vida, no puedes seguir molesto conmigo.
Cristina le coge la mano, y con la otra le toca la cara a Esteban.
ESTEBAN: No estoy molesto Cristina, estoy dolido. No entiendo porque no me das mi lugar en la hacienda como lo que soy, el patrón.
CRISTINA: Por supuesto que te lo doy, pero eso no significa que tú vayas a manejar esta hacienda. Desde que murió el padre de Acacia yo me encargué de todo lo relacionado con la Benavente, y ha ido bien.
ESTEBAN: Yo te ayudé.
CRISTINA: Por supuesto mi vida, (le dedica una leve sonrisa) me ayudaste como lo que eras, el capataz. Y ahora me ayudarás en mis decisiones, en el día a día de la hacienda, como lo que eres, mi marido.
ESTEBAN: No estoy de acuerdo Cristina, no estoy de acuerdo con ésto que me ofreces.
CRISTINA: ¿No estás de acuerdo con que te ofrezca mi amor incondicional? ¿Mi día a día? ¿Mis alegrías? ¿Qué más quieres Esteban?
Esteban la mira a los ojos, se acerca a ella y le da un beso.
ESTEBAN: Yo te quiero Cristina.
Acacia entra en el salón.
ACACIA: ¿Interrumpo?
Acacia mira furiosa a Esteban, luego mira a Cristina, tiene los ojos inundados en lágrimas.
CRISTINA: Claro que no hija. (Se levanta) ¿Ha pasado algo?
ACACIA: Ay mamá (Abraza a Cristina) Es horrible, horrible. (Llora, se separa de Cristina) ¡Han encontrado muerto a Daniel!
CRISTINA: ¿Cómo dices?
ACACIA: Sí mamá, en el camino hacia El Soto. Le habían golpeado mamá, y está muerto.
CRISTINA: Pero por Dios, ¿quién habrá sido?
Acacia mira fijamente a Esteban, él la mira a ella.
ACACIA: No sé mamá, ¿quién sería capaz de algo semejante? ¿Y por qué?
Laura González López (2014. España)
Joe, me has dejado sin palabras
ResponderEliminarEspero que para bien... ;)
EliminarMe encanta, mucho mejor esta Cristina, menos idiota, menos ciega, menos pasiva y más maliciosa y los pretendientes desaparecidos son lo mejor xD
ResponderEliminarTenía claro algo cuando empecé con mi propia versión, y era no hacer el mismo estilo de personaje que se hizo en la original... ;)
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