Habrán sido innumerables las ocasiones en las que he dicho, repitiéndome más que disco rallado, que yo no soy fan de ningún actor, ni cantante, ni nadie vinculado al mundo del artisteo. Lo que sí tengo, y así lo he admitido, son mis debilidades, mis preferencias, mis, llamemosles, consentidos. Normalmente suele ser gente que no sólo me gusta en su trabajo sino que también coincide conmigo en ciertos aspectos importantes de la vida, o están en un nivel superior al mio en muchos otros, ya sea por su forma de decir las cosas, por el ahínco con el que defienden sus trabajos, o por su filosofía de vida.
Ser fan, o así lo entiendo, implica respetar aquellas cosas que a ti en lo personal no te parecen muy lógicas o muy loables, supongo que defiendes a ultranza a ese artista, porque como fan entiendes y adoras sus virtudes, pero también sus defectos. El problema para aquellos que no tenemos ese sentimiento fan arraigado, sino que lo que tenemos es una debilidad, es que los defectos no los toleramos tan amablemente. Cuando esa persona a la que en cierta manera admiras y respetas, hace algo que se escapa de tu lógica, de tu moralidad, de lo que tú entiendes como correcto, incluso de lo que tú ves como divertido, y hace cosas que para ti rozan lo soez, te desencantas. Es inevitable.
Cuando te desencantas no quieres saber nada de esa persona que era causante de tus debilidades, no le quieres tener ni en tus redes sociales, ni en tu lista de pendientes, ya sea una canción por escuchar, una película por ver, o una novela por seguir, y es algo que no se puede controlar. No se pude controlar, porque has depositado cierta confianza en esa persona, no pedida por ella, sino otorgada unilateralmente, que entiendes ha sido traicionada.
Al final lo único que queda es esperar a que el objeto de tu debilidad vuelva a retomar el camino que tú entiendes correcto, vuelva a ser aquella persona a la que admirabas, o, simplemente, encontrar a alguien más. Y es que, creo, lo que pasa con la admiración y la debilidad con los artistas, tiene cierta similitud a lo que pasa en las relaciones.
Hola
ResponderEliminarMe identifico mucho con lo que mencionas, llegado un momento y cuando el proyecto me ha gustado no logro encontrar esa diferencia, entre estar a punto de volverme fan o simplemente tener una "debilidad" como la denominas; me llegó a suceder en algún momento con varios de los actores de este proyecto, tanto que lo vuelvo a ver cada que puedo:
https://www.youtube.com/watch?v=JfypFRowCkU
https://www.youtube.com/watch?v=d9uqeZUCE8w
Cuando haces referencia a cómo te "desencantas" de ese ídolo, me parece que más allá de producir molestia o intentar disculparlo, eso debe recordarnos la razón por la cual, ídolo, es a lo máximo que podemos llevar a alguien, ya que son tan humanos como nosotros, con defectos y virtudes. Lo importante no creo que esté en admirarlos con "toda el ama" y "a pesar de todo", como muchos lo mencionan, sino pretender que no se equivoquen o seguir todos y cada uno de sus pasos religiosamente.
Hay artistas de los que admiro como han manejado su carrera, de otros el cómo tratan a sus seguidores y de unos más, su trabajo realmente me ha llamado mucho la atención; pero hasta la fecha no tengo de este medio alguien de quien declararme "fan", como para llegar a toparmelo en la calle y correr a tomarme una foto o simplemente saludarlo, con esa sensación de tener el mejor día de mi vida.
Saludos desde México
Me pasa lo mismo que a ti, no tengo a nadie, y dudo mucho que llegue ese día, a un artista por el que sienta una admiración ciega. En fin, yo y mi desencanto aquí seguimos. :)
EliminarSaludos desde España